1. La fruta debe entrar por los ojos.
Son niños, todo le gustará más si tiene un aspecto atractivo. ¿Conoces los jarrones de frutas? Parecen flores pero en es fruta. Otra de las opciones es tan simple como clavar un palo en las porciones de fruta. ¿Que te parecen estos fruit-pops de sandía? Seguro que harán la delicia de los más pequeños.
Si tienes miedo de que la fruta acabe abandonada, cambia la fruta por zumos y batidos. Los niños no son tan recelosos a estos como a la fruta. Es cierto que muchas propiedades nutritivas se pierden si no se los beben recién exprimidos pero puede ser una opción si quieres que prueben el sabor de nuevas frutas.
Chocolate, yogur, helado, miel... Las opciones son variadas. ¿Has pensado en la manzana con crema de chocolate como nocilla o nutella? Delicioso!
4. Conviértelo en un juego.
Quizás este sea el consejo más divertido para los más pequeños de la casa. ¿Quieres que coman fruta? Haz un juego de ello. ¿Has pensado en convertir el cumpleaños de tu hijo en un taller de brochetas de fruta? Con utensilios divertidos y fruta troceada puedes conseguir que cada niño cree su brocheta favorita y convertir la fiesta, además, en un momento en el que puedan desarrollar su creatividad. ¿Y qué te parece un laboratorio de zumos? Su imaginación puede fluir si conviertes una juice bar en el laboratorio de un "científico loco" donde mezclar zumos y descubrir distintos sabores.